Rojo brillante era el pudoroso resplandor de la inocencia desgarrada por la lujuriosa ánima.
Tras su velo impúdico, las entrañas desgarradas de la infancia traslucían un dejo obsceno. Despertó a la bestia.
Tras su velo impúdico, las entrañas desgarradas de la infancia traslucían un dejo obsceno. Despertó a la bestia.