martes, 12 de septiembre de 2017

Maestra



Ser docente desde el primer juego simbólico, desde el primer día en que le indicaste a tu compañera de juego cómo debía hacer las cosas, desde el día que asumiste el mandato paterno y no quedó lugar a dudas; desde que te rebelaste ante lo superfluo, ante la prolijidad y la paquetería del cuaderno, Rivadavia y sus agujeros, tinta corrida por la ausencia del diestro. Docente desde que  supiste inmediatamente que lo importante y realmente valioso no estaba en lo que los otros ven y valoran sino en lo que hay para decir, hacer, desde adentro. Docente te  enseñaron a defenderte, a tener sentido de justicia y orgullo, a enfrentar el juicio de tilingos advenedizos, a superar "lo nuevo". Maestra, magnánima y sin rencores entiende todo, supera y espera el tiempo. Maestra que en dos ruedas pedaleaste contra viento y  tormentosos días en la villa, derrotero. Maestra matancera, donde quedan tantos sueños, tanta vida, tantos duelos.  Docente cuando decidiste regalar tu tiempo, lograr una sonrisa, salir a flote justo en ese momento. Docente que busca por conventillos inciertos aquel anafabeto que no da con el derecho. Maestra siempre, tras tantos caminos, que el desconcierto abunda en lo que es verdadero. Maestra se siente!