¿Y quién será el padre ahora?
quien cuide mis destinos, valore estos
tránsitos
contemple mis fracasos.
¿Quién será el padre siempre?
quien vele por los míos, desangre
ilusiones,
añore sin perjuicio.
¿Quién fue el padre antes?
antes de conocer el olvido, antes de
ser olvidado,
antes del destierro insospechado.
¿Quién será ese padre inexistente?
el que sostuvo mi mano crédula, el que
juró amor eterno
el que desapareció en el tiempo.
¿Quién ha sido él forjando su destino
transita su fracaso, ahogado en su
delirio?
¿Quién hubiese sido si amando
descendencia,
añora con dulzura paciencia de sus
pasos?
¿Quién habrá de ser entonces raíces de
lo nuestro,
se enraíza en el recuerdo y nutre
nuestro suelo?
¿Quién podría haber sido plena
existencia firme,
presente en esta alma destrozada de
vacíos?
El padre es la muerte que se acojona
vira sobre sus talones y vuelve sobre
su marcha;
recuerda el desencanto, se relame de
tristeza;
perdura en la sola idea obsecuente y
fastidiosa
de dar por terminado aquello que nunca
llega.
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