martes, 1 de febrero de 2022

"Desvanecida" Concurso GuKa 2021PRIMEROS PREMIOS MICRORELATO LITERATURA HIBRIDA



 


Desvanecida

Corrían los años en que los vuelos de la muerte eran parte de la memoria. Sol se asomó a la ventanilla inocentemente intentando ver el techo del mundo sobre aquellos copos blancos, etéreos. El sol se atisbaba entre las nubes y los rayos acariciaban el manto blanco que se extendía delante de sus primerizos ojos de tripulación de bautismo. Era su primer vuelo, el primer contacto con una sensación de los pies fuera del mundo terrenal, el cabal conocimiento de tener conciencia de estar flotando en salutación con los ángeles... si es que aquello era posible.

Su amado tras la emoción inicial del despegue dormía inquietamente, pero con una sonrisa sardónica que anticipaba el encuentro. Soñó con esa mirada tierna de aquellos ojos que lo vieron deslumbrante entre las tinieblas de la celda. Breves instantes fueron los que transcurrieron entre el alumbramiento y la presencia de una oscuridad atroz que lo acompañó toda la vida. Condenado a morir siempre se sintió a punto de estallar, ya no le quedaba fuerzas para sostener ese brillo inicial de la vida. Reflejos de matrices pasadas, cual flashes subrepticios del más allá lo atormentaban, hasta que una mañana habiendo cumplido la mayoría de edad, decidió poner fin a la sensación de estar desnaturalizado. Nunca sintió el apego, la ligazón y la pertenencia a sus padres, su hogar. Siempre con los pájaros volando, más allá de este mundo.  Los sueños de nieto recuperado se mezclaban con el sentimiento impreciso de temor que provoca estar tan lejos, a diez mil quilómetros de la realidad y tan cerca, allí donde quería encontrarse cuando la llama de Betelgeuse se apagara.

Un pestañeo fracturó el instante en que el astro se escondió detrás de una nube de polvo. Un copo de recuerdos, el alumbramiento y el rostro maternal oscureció de repente el cosmos.  Aquella, la desconocida, se asomó para marcar su presencia tras la “expulsión traumática”.

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