jueves, 12 de junio de 2014

Vejez




Y en la adultez lozana:
perdí la visión para no soportar lo indecible;
perdí los dientes carcomidos, regalos a mi progenie;
perdí la escucha de palabras vanas;
perdí el frenético cuerpo activo para ganar...
 la paz del reposo anhelante,
la escucha atenta de emociones válidas,
la observación contemplativa de imágenes ausentes,
la degustación de sabores inciertos
y el dolor siempre presente que me recuerda mis genes.

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