sábado, 18 de julio de 2020

La escritura desde lo residual


Seleccionado en 
PRIMERA CONVOCATORIA "ALEGRANZA: HACIA UNA EDUCACIÓN POÉTICA" (Argentina)

La escritura desde lo residual (pag. 33)

La escritura desde lo residual. Karina Piriz

 

Hacia 1976 ingresaba en la escuela primaria, aquella cuyos niveles se definían por conocimientos previos que debías tener antes de poner un pie en el umbral de mármol de la misma: saber leer y escribir. Con seis años ya se esperaba un conocimiento bastante cercano a la alfabetización, de lo contrario tu destino estaba marcado: te incorporaban al grupo de “primero inferior”. Primero superior era lo más cercano a la sabiduría y el temor de no poder formar parte de esa cofradía inquietante, hacía las penurias de tus padres, más aún si ellos apenas habían terminado la primaria o todavía hablaba cocoliche, como era el caso de mi mamá. Ella no había pasado de un paseíto por la escuela mientras venía en camino la hermana menor, así que finalmente estaba destinada a la crianza del ganado, allá por la Calabria. Para papá el trabajo de barrendero constituía un cuidadoso reciclado de obras que de otra manera jamás hubieran llegado a mis manos. Los residuos de la materialidad de la escritura iban llenando los estantes reciclados de una biblioteca hecha a mano, forrada con un plástico reciclado, de madera de aserrín prensado que hasta tenía debajo de la tapa del escritorio un cajón para guardar lo útiles. La valoración de la lectura y la escritura se formó en mí con los residuos desechados por algunos, recuperados por otros y procesados por una mente estimulada e inquieta. Esta elaboración de los recuerdos, las lecturas, las pocas imágenes de pantallas casi inexistentes revelan un tiempo de dictadura, mezclado con el mundial 78’ y la revista infantil Anteojito de García Ferré.

La escritura de un Diario fue mi primer contacto con la palabra escrita. Tras pilas de Billiken amorosamente compradas durante semanas y años, entre libros recogidos en conteiner y bolsas sacadas a la calle como basura (que habían sido rescatadas por la mirada del barrendero) mi padre descubre a Álvaro Yunque y Mujercitas. Descubre la literatura, la ciencia, la palabra. Un día se enfrentó a la voz de su hija, traicionó la confianza asomándose al diario, a lo que no quería oír… descubrió, desnudó el narrador e irrumpió en el mundo de lo posible para enclaustrar al escritor en el mundo del deber ser, de lo oculto, lo pernicioso e íntimo.

Cuando llegó la democracia, la señorita hippie nos dejó cantar las canciones prohibidas por la dictadura y con ella llegaron los cuentos “Un elefante ocupa mucho espacio” , “La torre de cubos”  y las canciones de María Elena Walsh que acompañamos con la guitarra, mi seño y yo,  para el día de la primavera.

El acceso a la escritura no podría estar configurado sin un primer acceso a la lectura, a la palabra que graba en el inconsciente cierto sentido de lo no dicho e imposible muchas veces de decir. En mi economía escrituraria (De Certeau, 2001) , la escritura tomó la forma del interlocutor en el cuál confiar, aquél que sabía que no podría decir aquello que no le estaba permitido. Mi tía me había regalado un hermoso diario de cuero, y me explicó cómo era el formato de escritura: “Querido Diario”. Diario era mi confidente, la apropiación de la escritura (Rockwell, 2000) que yo había hecho no tenía que ver ya, nunca más en mi vida, con el viaje a otras vidas, ni otros mundos, sino inmediatamente con la catarsis de lo propio, con la escritura del yo, con la apropiación, acceso y disponibilidad de la cultura escrita (Kalman: 2004)  que me vinculaba directamente a la poesía de protesta, a Joe comiendo kilos de manzanas para terminar la novela.

Pero como la palabra tiene esa doble forma confidente (arma para trascender los míseros pensamientos de los narradores y nacen para ser leídas)  esas palabras llegaron, con otro sentido, a otras mentes para las cuales no estaban destinadas o no podían aceptar la voz quien las había plasmado. La escritura había equivocado los lectores y traicionado a su creador. Papá no debía haberse enterado de las “rateadas” en la primaria, de los primeros novios,  de la atracción sexual por mi primo o de las travesuras en la escuela. 

La escritura y la oralidad estaban vinculadas en un texto que no dejaba lugar a dudas: era una charla interrogatorio del ser para establecer los acuerdos y compromisos que la existencia se debía. Siguiendo a Giorgio Cardona (1994), la escritura como práctica cultural se va transformando ante las exigencias de las condiciones materiales, sociales, institucionales. En aquellos tiempos, entrada ya la escuela secundaria un mundo maravilloso trajo a Nietzsche, conocí a una excéntrica bibliotecaria y la libertaria profusión de estantes llenos de declaraciones tan revolucionarias como negar la existencia de Dios. Esa posibilidad dentro de una situación social carente de recursos materiales definía claramente quiénes tenían la posibilidad de pertenecer a la lectura y la escritura y quiénes no. Realmente la negación en el acceso a la lectura y la escritura no sucedió. No sucedió gracias a una maestra de primer grado que vio que aunque mis primeros trazos en el cuaderno de hoja finita (porque era el económico) dejaban agujeros terribles, había allí el deseo de aprender. No sucedió el día que no fui sancionada por estar husmeando en el altillo de la escuela entre calaveras y animales embalsamados: no sancionaron mi curiosidad. No sucedió porque las palabras pueden traer y hacer voz de aquellos que no pueden y eso vieron en mí mis maestros y lo intuía mi padre.

En este momento en que me proponía la escritura de un ensayo, utilizo mi “lengua dominguera” (Blanche-Benveniste:1986) y me resulta hasta imposible el relato argumental puro o el relato ficcional. Mis narradores se mezclan e impúdicamente la voz aflora.  Me asalta la memoria de la profesora de literatura del secundario que con su consigna “escriban como Miguel de Cervantes Saavedra” logró conjeturar mi primer acercamiento a la escritura, a la docencia, al escritor que hoy intento ser.

 

Notas

 https://www.todohistorietas.com.ar/ferre3.htm

 https://www.infobae.com/tendencias/estilos/2019/09/07/billifest-en-18-fotos-el-festival-en-el-que-la-revista-billiken-festeja-los-100-anos-para-toda-la-familia/

 Bornemann, E. (2008). Un elefante ocupa mucho espacio. Buenos Aires: Alfaguara Infantil.

 

 Dvetach, L (2012). La torre de cubos. Buenos Aires: Alfaguara Infantil.

 Certeau, M (2001) La invención de lo cotidiano: artes de hacer. I, Volumen 1

 ROCKWELL, E (2000) La escuela cotidiana (México, F.C.E).

 KALMAN, J (2004) Saber lo que es la letra: una experiencia de lectoescritura con mujeres de Mixquic. México. Siglo XXI

 CARDONA, G (1994) Los lenguajes del saber. Buenos Aires. Gedisa.

 En Lectura y vida: revista Latinoamericana de lectura, Volúmenes21-22. Colaborador  International Reading Association. Editor Oficina Latinoamericana de la Asociación Internacional de Lectura, 2000

Universidad de Michigan

 

 

RESEÑA CRÍTICA DEL ESCRITOR FÉLIX PACHECO  GRANADO (CUBA) https://drive.google.com/file/d/1_aMOVeWMZiWDz72rHlPmIPl9gho-9hrP/view?usp=sharing

1 comentario:

  1. 1
    AMIGOS DE ALEGRANZA: Primero que todo, deseo agradecerles que hayan seleccionado mi ensayo “La poesía en mi docencia de la Historia y la Filosofía” y que la publicaran en su revista tan bella y de forma complementada, mejorada. Superó mis expectativas. Agradezco también la invitación para el conversatorio con los autores seleccionados. Pero lamentablemente no podré participar: no poseo medios técnicos para ello. De todas formas, espiritualmente, considérenme entre ustedes. Suplo esa carencia con este mensaje escrito que manos amigas les harán llegar, como ocurrió con el ensayo que les envié. No hablaré de mi ensayo. Sí quiero expresarles algunos criterios que agradecería hagan llegar de alguna forma, si es posible, a los demás participantes. Destaco: la diversidad de autores, temas, con reflexiones teóricas, experiencias prácticas, proyectos, criterios y todas esas cosas bonitas que aprendí de ustedes (estudié todos los ensayos). A veces pensamos erróneamente que la unidad tiene que excluir la diversidad de pensar y actuar: ¡no! La unidad verdadera tiene que ser inclusiva, tiene que incluir la diversidad que no dañe los Derechos Humanos y el progreso social. Alegranza lo está logrando con su proyecto (y acción) humanista. Continúen adelante. Precisamente, no quiero que ningún amigo (a) se sienta excluido (a); en el marco de este mensaje no puedo referirme a cada uno en específico. Lo haré solamente respecto a uno de los ensayos y su autora. Es inevitable mi plena identificación con ella: los pedagogos sabemos que no basta solo con la instrucción, sino que tenemos que lograr en nuestros discípulos la formación de una personalidad integral junto a la familia y el resto de la sociedad: la unidad de lo cognitivo, lo volitivo, lo axiológico y lo afectivo, todo con un enfoque ético y estético adecuado, como un todo armónico. Y eso está logrado por Karina PIRIZ, de Argentina. Ensayo “LA ESCRITURA desde lo residual”: no puede imaginarse usted, Karina, cuántos recuerdos me trajo al hablar de sus avatares. Como historiador, filósofo y pedagogo, también soldado humanista, asumo un principio fundamental: es imprescindible saber de dónde venimos, dónde estamos, quiénes somos, para saber hacia dónde vamos. Su ensayo reúne los requisitos para la comunicación social que personalmente, considero también imprescindibles: SABIDURÍA, SENCILLEZ Y AMOR. Me hizo recordar (para bien) que, en 1958, con siete años de edad fui limpiabotas callejero; que, en 1965, con 14 años, para defender Mi Revolución, me convertí en soldado, que, a los 17 años en profesor de Historia y Filosofía, y que a los 24 en Soldado Internacionalista Voluntario ayudando al pueblo angolano a preservar su independencia... que lo que soy se lo debo a los miles de cubanos-mártires que, no pudieron llegar a donde pude llegar yo y millones de cubanos agradecidos... ¡Gracias Karina! Su ensayo debían conocerlo todos los seres humanos del planeta y preservarse como un mensaje del pasado, del presente y del futuro para la humanización verdadera. ¡Gracias Argentina, por darnos a nuestro común Ernesto “Che” Guevara! Les deseo a todas las personas involucradas en Alegranza larga vida, buena salud, prosperidad y felicidad plena, para ustedes y sus seres queridos. Si algún día hacen turismo en Cuba no duden en visitar la Zona Turística “IARDINES DEL REY”, ubicada en mi provincia: es un lugar paradisíaco. Cuenten con un amigo en Cuba, en la condición planteada por José Martí: “CON TODOS Y PARA EL BIEN DE TODOS” ¡GRACIAS ALEGRANZA! Félix Pacheco Granado, profesor de Historia y Filosofía jubilado y aprendiz de escritor. CIEGO DE ÁVILA, ¡CUBA!

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