Mía ...
El agua del sol, ríe poniente
estrellas flotantes titilan,
navegan el río creciente.
La piedra sostiene los urbanos cuerpos
correntada de ilusiones y tus músculos tensos
No me dejas caer, deseo...
La sonrisa plena en tu piel dorada
el agua cristalina en el fondo de tus días
Soy cascada insidiosa, eternidad de las rocas
Tu arena dorada, historia del tiempo
montaña vigía de los viajes eternos
algas florecientes fondo de nuestro recuerdo.
Chicharra que hostiga, agobia la tarde
Conspicua libélula, mágica imagen,
Atrapo sus lábiles alas, instante...
Mío...
El rayo furioso que orada mi piel
dolor aceitado de cueros resecos
Sol que calientas mis doloridos huesos
música esta vida al sonido del río
mis pesares resbaladizos se hunden entre el musgo hendido
el viento insistente oscuro de aires
el pato silvestre vigía del amor salvaje
los peces plateados convidan el espacio
y el atardecer acompaña la melancolía
del bosque enmarañado.
La soledad es mía...
El verde se extiende, horizonte incierto
el árbol resaca apresado por el tiempo
el espinillo que insiste en incrustarse en mi cuerpo
sus espolones mortales clavando el anhelo
el sapo acompaña el avance de la noche
los mosquitos esquivando el surco del viento
pajaritos que comen las migajas olvidadas
del almuerzo ha quedado la nada
siempre un perro melindroso de despojos
Un caniche sorprendido por el río
solo queda un pasado de vestigios
Nuestro es este paraíso
y tú, Luna inmensa, custodiando el idilio...
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