sábado, 3 de septiembre de 2016

Floreciente dejadez

Catamarca ha florecido, pero nunca será aquella que nos recibió en las entrañas de la Aguada, con su cultura milenaria resonando exuberante y luchadora frente a una civilización famélica, pobre resabio de una capital a la cual quiere pertenecer pero ante la que está olvidada por la desidia de aquellos que reniegan lo propio buscando la extrañeza de lo ajeno.


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