lunes, 14 de diciembre de 2020

Diario éxtimo




 

Sabés lo que me esfuerzo en ser ese amor entregado, que te recibe con la concreción de tus fantasías pero que no sabe cuáles son las propias, que no puede pedir aquello que desconoce, que a lo máximo se anima a tocarse en soledad para reafirmar el sentimiento de estar sólo y ser autosuficiente. Sabés la exigencia que es despertar todas las mañanas tratando de estar contento de haber despertado y no sufriendo el estar vivo para hacer una y otra vez las mismas cosas: llenar la pava, tomar mate, salir corriendo, cumplir obligaciones, volver para mirar la tele y el único momento de satisfacción y plenitud completa es encontrarme con tu piel, respirar hondo una y mil veces, sentir que la respiración me hunde en una fusión plena en tu cuerpo, en la paz absoluta, en la sensación de muerte plena que recobro todas las noches para volver al despertar diario. Te miro te busco, te encuentro, te siento. Te palpito, te aspiro, te respiro, te huelo, te transito, te recorro, te imagino. Te modelo, te acaricio y te amasijo. Te rasco, te araño, te mordisco. Te marco, te alejo, te reprimo. Te reprendo, te celo, te olvido. Te admiro, te deseo, te envidio. Te escucho, te tolero, te observo, te oteo y relojeo mis miradas en tus pupilas me encierro.

 Conmigo cogés, con ellos reís, con él pensás, con todos creás, con otros compartís, con aquellos soñás, con los mismos dialogás, con éstos discutís, siempre disfrutás y solo a mi lado vivís.

 

                                       

No hay comentarios:

Publicar un comentario