lunes, 7 de octubre de 2024

La carta.


            Durante años, el papá de Eva había trabajado en la metalúrgica de Tandil. Por aquellos años era la única en la zona y Rubén trabajaba todos los días desde las 8 hs hasta terminar los pedidos que llegaban de la zona. Tenía muchos años en la empresa, su padre también había trabajado allí, así que cada vez que alguien faltaba era él quien debía cubrir la ausencia de personal. Venía ahorrando hacía unos cuantos meses pero aún no lograba juntar el dinero para el regalo de cumpleaños de Eva que con su corta edad, ya había aprendido a leer y escribir. Cada vez que padre e hija pasaban  delante de la vidriera de Don Juan, Eva se quedaba estática de emoción, mostrándole a su papá la flamante bicicleta roja, brillante, con timbre y tiritas de colores en el extremo del manubrio. Soñaba que cuando anduviera a toda velocidad, los flecos volarían al viento,  desparramando colores alrededor de toda la manzana. Le preocupaba un poco si su papá se la iba a comprar porque cada vez que pasaban por allí él quería cambiar de vereda y también se preguntaba quién le enseñaría a usarla dado que su mamá no sabía andar y su papá trabajaba todos los días. Así que, resuelta en sus 8 años tomó la decisión de escribir una carta. Había escuchado a su mamá contar que doña Rosa había escrito una carta a la Fundación y le habían mandado la máquina de coser. Eva fue al correo con su mamá, pagó la estampilla del Plan Quinquenal correspondiente a Capital Federal y metió en el buzón esperanzada, lo que quería para su cumpleaños. Cuando el camión de desarrollo social descargó la bici,  aquel miércoles 7 de mayo, Eva supo por qué así se llamaba. Ese primer domingo, fue el primer franco de Rubén de toda su historia laboral en la fábrica. Se llenó de colores la vereda, el pueblo, la Nación y Eva aprendió a andar en bici.






Sala Eva Perón. CCK, fiel recreaciòn de la primera oficina de Eva Perón en el Palacio de Correos y Telecomunicaciones, a mediados de 1946



 













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domingo, 6 de octubre de 2024

Écfrasis

 Écfrasis

Neurastenia psicodélica, alas de flujo volátil

vas perdiendo en gotas la sangre que alimenta tus venas

en burbujas suspendidas el tiempo come tu fuerza 

el pistilo no florece, su clítoris es una tristeza. 

El agua del manantial ha resecado las penas

la célula que era sueño, hace tiempo la condenas 

ribonucleica es la vida, la energía no conservas

Si entre axones de poesía, lograras ser libélula

tu jardín se cubriría de mariposas eternas. 

Regálame los colores, inunda de arcoiris la escena

déjate ser sorda insomne a las mieles de las quejas

entrégate a los placeres que el respirar te recuerda

empalágate de emociones, respira hondo y entrega

esa flor que esquiva el sol y entre raíces se pliega 

Deja atrás el afán histérico de pasear dando miseria 

toca tu cuerpo aún joven y siente el nervio, que duela

que duela no estar vivo, que duela. 



sábado, 5 de octubre de 2024

Mi sonrisa

 


Mi sonrisa




Me miro al espejo y veo las marcas

de pequeños surcos poblando el gesto

¡no puedo evitar aquellas, son pruebas,

la felicidad que me colma es esto!

Expresión de la experiencia es la herida

emoción que se pliega con los años

Vuelve a aflorar el estigma de la vida

Dejo paso a soterrados daños.

Semblante sin alegría sería porcelana

la felicidad dibujada en las patas de gallo.

Mis fruncidos la ventura constatan

testimonian que no estamos impávidos.

No obtendrás un aspecto pétreo

en la exteriorización de mi dicha arrugada.

Revelaré en cada pliego la fortuna

de haber crecido emocionada.

domingo, 18 de febrero de 2024

Mecano







Milito estos pertrechos tiempos de democracia 

La hoja es carne de la esperanza

llevo la palabra impresa, mecanografiada.                                                                                                                                 Tabulaciones que corren el margen…

                                                       LA LIBERTAD OBTURADA

Mecano de la histeria generalizada

fue tu timbre espaciador de la memoria

                                                       la tecla violenta de la derecha 

que                                                                                                     SILENCIA 

Irrumpe el tipo defectuoso del género

“o”, “a”, “e” signa y marca estos tiempos

 soy sorora de mis pares 

¡Ruin libertario del silencio!

Seamos autómatas de la vida diversa

quiero espontánea la “e” en mi lengua   

el idiota prefigura del mal, es persistente

elige diferente fuente 

es posible el avance de los nines

es urgente…


domingo, 28 de enero de 2024

Propiedad privada

 



Privando el camino, el nefasto pueblerino
en su afán de preservar lo propio, desconoce su destino.

Privad de todo cielo, a ese misérrimo asesino
de lo nuestro que es de todos, él promueve el exilio.

Se cree dueño del río, habrá que cortarle el cerco
para que entienda de historia en su páramo reseco

Privado de alegría, de comunidad e iniciativas
no entiende de costumbres, tradiciones colectivas.

La hospitalidad del pueblo, ¡vení, saltá la tranquera!
es en el vil propietario ¡No pises lo que es mío! Propiedad ajena.

Grita cuál cotorra el imbécil, cómodo desde de la sombra,
el placer perverso ostenta, el de ser dueño a toda costa.

Incapaz de agachar el lomo y acomodar el alambre
vaga convicción la del hipócrita que del trabajo no hace alarde.

Hacendado de alquiler que mira pasar los días.
Mirando el río oscuro de sus desechos que contaminan.

 Soledad y desatino propietario por un día, 
gritas de placer, tu enlodada avaricia.

Tilingo de mala muerte, desde tu encumbrada choza
Privada es la miseria de tu alma, ocupa de poca monta. 








sábado, 27 de enero de 2024

Despertar

 


¿Qué es la vida?

Vuelvo mil veces, indefinida

Incierta y pelotuda disquisición

Mientras ella, pasa irónica se rie 

 relamiéndose de placer

espera que siga muriendo.

Nuestro paraíso

 


Mía ... 

El agua del sol, ríe poniente

estrellas flotantes titilan, 

navegan el río creciente.

La piedra sostiene los urbanos cuerpos 

correntada de ilusiones y tus músculos tensos

No me dejas caer, deseo...

La sonrisa plena en tu piel dorada

el agua cristalina en el fondo de tus días

Soy cascada insidiosa, eternidad de las rocas

Tu arena dorada, historia del tiempo

montaña vigía de los viajes eternos

algas florecientes  fondo de nuestro recuerdo.

Chicharra que hostiga, agobia la tarde 

Conspicua libélula, mágica imagen,

Atrapo sus lábiles alas, instante... 

Mío...

El rayo furioso que orada mi piel

dolor aceitado de cueros resecos  

Sol que calientas mis doloridos huesos 

música esta vida al sonido del río  

mis pesares resbaladizos se hunden entre el musgo hendido 

el viento insistente oscuro de aires 

el pato silvestre vigía del amor salvaje 

los peces plateados convidan el espacio

y el atardecer acompaña la melancolía

del bosque enmarañado.

La soledad es mía...

El verde se extiende, horizonte incierto

el árbol resaca apresado por el tiempo

el espinillo que insiste en incrustarse en mi cuerpo

sus espolones mortales clavando el anhelo

el sapo acompaña el avance de la noche

los mosquitos esquivando el surco del viento

pajaritos que comen las migajas olvidadas  

del almuerzo ha quedado la nada

siempre un perro melindroso de despojos 

Un caniche sorprendido por el río 

solo queda un pasado de vestigios  

Nuestro es este paraíso

 y tú, Luna inmensa, custodiando el idilio...

miércoles, 24 de enero de 2024

Al filo del cerro


 Soñaba con subir hasta aquella cumbre. Cada vez que venía a la sierra trotaba tras la ilusión de alcanzar el punto más alto que pudiera. Contrataba excursiones que la dejaban exausta, la hacían subir toda la mañana por escarpados senderos que solo el guía lo podía identificar. ¿Dónde veía el erudito lazarillo el camino que conducía hacia el objetivo anhelado? Todo era idéntico, más piedras, infinidad de variedad de  arbustos amenazantes y un arrollito más para cruzar. 




Recordaba una oportunidad en que habiendo decidido realizar la exploración sola, sin guía, se entregó a las indicaciones de los lugareños. 
-Siga el sendero y en un momento va a ver una tranquera, pásela tranquila
-Pero... ¿y si sale alguien desde adentro del campo?
-No pasa nada... Usted no se preocupe, siga el sendero, siempre siga el sendero...Después se va a encontrar como una plantación de plumerillos, muchos, todos juntos. Usted no se distraiga, siga el sendero, siempre al costado del arroyito. Si usted sigue el agua la va a llevar al trono del diablo, ahi está el espejo de agua. 
Y así partimos, solo con el celular sin señal, en la mano, dispuestos a tomar alguna foto significativa, aquella que demostrara con orgullo cómo tras una caminata de una hora habíamos arribado al paraíso escondido. La capacidad atlética nos acompañaba, el entusiasmo y la curiosidad eran los aliados de esta pareja de porteños snob en búsqueda de nuevas experiencias. 
El camino comenzó bastante entretenido. Las señales camperas se iban aparenciendo ante nuestros ojos asombrados de las impecables indicaciones que habíamos recibido y lo bien pronosticadas. El laberinto natural se construía con un sinfin de hitos idénticos que ni siquiera les habíamos prestado atención durante la ida, pero que se transformarían en un infierno de señales que la naturaleza nos mostraba acechante para el regreso. Tras sortear unas piedras esféricas, enormes,  algunas del tamaño de una persona, de un metro de altura, infranqueables, lo teníamos de frente.  ¡Qué maravilloso fue el momento al ver delante dos macizos de roca colorada que al erigirse juntos sostenían con orgullo un canal de agua que fluía entre ambos.  La cascada desembocaba en un espejo turquesa tras veinte metros de altura dando un espectáculo magestuoso para quienes pudieran llegarse hasta el lugar. Otra pareja estaba allí y debieron frenar los arumacos cuando cai al grito de ¡mirá qué hermoso! 
La estadía en aquel paraíso oculto resultó bastante breve dada la tormenta que amenzaba avanzando por detrás del macizo "el trono del indio". Un último chapuzón en clavado desde la piedra más alta al espejo turquesa donde decantaba la casacada; una vez más pasar por debajo de la cortina de agua, cuando al levantar la vista lo advirtieron.  El cielo se había puesto completamente negro plomizo, y un viento de polvo se alzaba en ráfagas con olor a tormenta fuerte, de esas que hacen crecer el río y arrasar con pueblos.

viernes, 19 de enero de 2024

Cinefilia. Variaciones literarias. EL ÁNGEL EXTERMINADOR


En https://cinemundo.com.ar/el-angel-exterminador-1962-luis-bunuel/

 México

EL ÁNGEL EXTERMINADOR (1962)

Luis Buñuel


Abadón


Ingresaron a la mansión y debieron dejar sus abrigos en la habitación del primer piso. Hacia allí se dirigieron uno tras otro, cómo un rebaño de ovejas que responden al estímulo conocido, el de la campanita de la dominante. Bajaron al salón comedor conversando animadamente sobre la obra que habían visto, emitiendo juicios de valor sobre lo que debería hacer esa gente para cambiar su condición de vida. El mayordomo escuchaba estoicamente pensando que con los magros pesos extras que se haría esa noche, por fín podría terminar la habitación de su primogénita que ya tenía 5 años y seguía durmiendo en la cama matrimonial. 

Habían ido al teatro, el espíritu había vuelto pleno de emociones. La obra los había impactado tanto…Hablaba de las injusticias de este mundo que ellos desconocían. Con una copa en la mano, todos estaban de acuerdo en que había que desterrar la pobreza, que no era posible que hubiera chicos que no tenían para comer…No pasaba de la reflexión. La obra de arte no había generado cambios profundos en los espectadores más que comentarios despectivos en relación a la verosimilitud de los hechos que allí se contaban. La culpa siempre estaba en el otro, el mundo está así de corrompido porque nadie respeta a nadie, no hay valores, deberían enseñarse en la escuela, decían interrumpiéndose unos a otros mientras hacían una breve pausa para engullir el canapé que tenían entre los dedos y tomar un sorbo de champaña burbujeante. Tras estas rápidas soluciones a los problemas sociales, volvían a  resaltar el placer del bocadillo que estaba ingresando al recinto. 

Ya no quedaban sirvientes, todos habían partido hacia sus hogares anticipando los acontecimientos que estarían por suceder. Por supuesto que no lo habían hecho con el beneplácito de la dueña de casa que no sabía siquiera hacer una ensalada. Se habían retirado a hurtadillas, porque se rumoreaba que aquella noche la gente saldría a las calles a protestar por las duras condiciones económicas por las cuales transitaban.  Sólo el fiel mayordomo hacía frente a dar el servicio, convencido en que su entrega redituara en su beneficio.

Se sentaron a la mesa estratégicamente, cada uno de ellos sabía con quien no quería cruzar siquiera una mirada. Es posible pasar desapercibido incluso dentro de un grupo no tan numeroso. La necesidad de protagonismo es una de las estrategias que más han entrenado todos ellos. Cuando la ponen en práctica logran hacerse dueños del poder, de la atención y del dinero. El poder de convencimiento es todo y resulta una artimaña eficaz para sobrevivir en ciertos círculos. Así, a fuerza de codazos para emitir un juicio de valor sobre la realidad del mundo, se atragantaron de alcohol y comida, hasta que no quedó nada. Se desternillaron de la risa ante la caída del mayordomo con todo el guisado que terminó en la basura. Brindaron por un mundo mejor y el fin de las guerras. Iba cerrando la velada cuando la anfitriona invitó a su querida amiga, la pianista, a ejecutar el “Cuarteto para el fin de los tiempos”. Lo disfrutaron en silencio, cada uno evaluando el despliegue de interacciones de la noche, sopesando el rédito que habría de depararles la semana entrante, cuando pergeñaran un encuentro casual con la persona conveniente. Elucubrando así futuras traiciones e intrincadas acciones maquiavélicas la performance de la pianista llegó a su fin pero nadie atinó a retirarse. Alguien se animó a citar: la estamos pasando tan bien, podemos quedarnos “hasta que despunte el día y salga el lucero de la mañana en nuestros corazones”.Nadie fue en busca de su bolso y su abrigo así que nadie quería irse. Todos sabían que retirarse en primer término significaba habilitar las habladurías y los chismes así que ninguno de ellos estaba dispuesto al escarnio. Y así se quedaron aquella noche, que terminaron durmiendo tirados por el piso, como animales, todos juntos y revueltos. Sin las comodidades propias de su condición burguesa, la situación en principio carecía de todo decoro, más tarde resultó una tortura.

 A partir de aquella noche y durante una semana fueron presos de  conductas ya conocidas por todos ellos: la abulia, la desazón y la desidia. Se instaló en aquel cuarto la inercia. Ninguno de ellos pudo llevar adelante un cambio, un movimiento liberador una actitud revolucionaria que rompiera con el orden que se había instalado. Eran esclavos de lo mismo que solían criticar. Nadie pudo liderar la solución, abrir la puerta y salir a la calle. El abismo insondable no estaba detrás de la puerta de calle tal como ellos lo intuían. La perdición la constituía aquel grupo infame de burgueses que definían los destinos del resto del mundo. Aquella semana vivieron su propia ruina, la sabiduría de la que tanto se jactaban tener,  trajo consigo el sufrimiento y la pena que le es tributaria. Cual si fuera la rotura del Séptimo sello, un ejército de plagas comandado por el Ángel se desplegó sobre la pequeña comunidad instalada.  

La falta de agua y comida, los ánimos exaltados, la crisis emocional y psíquica de alguno de ellos, la violencia, la pérdida de toda compostura e imagen, la cruda esencia humana, la necesidad se mostraba sin tapujos. Las miserias humanas, violar, golpear, maltratar, robar, matar, fornicar fueron las acciones preferidas por los asistentes a tan notable banquete. 

El castigo por todos sus pecados no les hizo escarmentar ni siquiera tomar conciencia de su accionar diario. Realmente consideraban que eran buenos cristianos dándoles las sobras de sus banquetes a los mendigos que todas las noches revolvían su basura en busca de algo para comer. La reclusión terminó cuando se acercó al lugar Gabriel, uno de los mozos de la casa, quien preocupado por las penurias que debían estar pasando sus patrones, decidió abrir el portón de ingreso y franquear la puerta principal de la posada, con la firme convicción de que aquello era muy extraño y que era irrisorio de que se tratara de una decisión de los allí presentes, por más dinero y títulos honoríficos que tuvieran. 

Las empresas presentan el lock out patronal y el Estado decide frenar la ola de protestas en la ciudad. Las tropas policiales arremeten contra nutridas columnas de manifestantes que se presentan alineados detrás de sus líderes. La represión deja cientos de jóvenes  acribillados.


Cinefilia: Reseña literaria. MUERTE EN VENECIA.

 


En https://cinemundo.com.ar/8670/

Italia

MUERTE EN VENECIA (1971)

 Luchino Visconti


En su halo, navegaba el río bajo un rojo atardecer. Al propio ocaso se entregaba esperanzado en encontrar la voz. Esperaba, que pasaran los días y aquellas musas inspiradoras con las cuales conquistó cierto reconocimiento y prestigio vuelvan a su vaga pluma, incierta de destino; contar lo que siente, lo que vive, sin avergonzarse ni pensar en que su imagen como artista encumbrado se vería manchada. Como los barquilleros, a la orden de la demanda, sale a la búsqueda de la experiencia. ¿Dónde lo llevarán? Esperaba animarse a ser sin tener que dar explicaciones ni exhibir títulos. Pase por acá, Sr.  El arte está lleno de mediocres y él uno más, por qué no habría de serlo si a diario juzgaba los trabajos de los otros, pero no podía alcanzarlos ni en calidad ni cantidad. No tenía mucho para decir, por eso andaba a la caza de vivencias. Las únicas que le llegaban no se animaba siquiera a reconocerlas para sí mismo. 

Censuraba todo sentir hacia aquella belleza pecaminosa que amenazaba por mar. Arribaba desde los puertos sirios, trayendo las pestilencias de lo exótico. Lo miraba desde lejos, evitando toda aproximación lastimera. Hubiera sido rechazado de pleno, acusado de estupro. 

La peste corroe el paradisiaco balneario y corroe las almas. Si tan cerca está la muerte… qué más da soltar el yugo de la moral para habilitar el deseo. Todos vamos a morir, están cayendo de a uno, tal vez te pierdas entre las pilas de basura de esta ciudad inmunda y necesites ayuda. Allí estaré yo, pequeño adonis, para rescatarte y rescatarme de la pila de mugre que ahoga mi existencia. Te miro… Lo mira, con lascivia y ternura. Con la perversión propia del hombre mayor que ya transitó los recovecos inusuales de la piel joven, con los pliegues arrugados del deseo malhabido. Lo mira con aquellos ojos vidriosos que no pueden brillar ni siquiera por amor; con la ternura añeja con desidia conseguida. Es la primera vez que desearía solventar la trivialidad adolescente con tal de acceder al fruto corrupto del cariño. Fantasea que aquellos rayos de luz que el mancebo proyecta se posen sobre su espíritu y lo inunden de juventud, gloria y nuevo reconocimiento. El hombre mayor sueña que renace bajo la luz de la esfinge, que aquello lo ilumina hasta la muerte. Se ilusiona con sus días de reposo en el geriátrico maloliente, donde terminará visitado por el joven que lo admira. 

En todos estos devaneos se dispersaba, bajo el acompañamiento del ruido de las olas y los niños corriendo entre las sombrillas. Aromas de la vida: el ácido penetrante de las  naranjas, las fresas pasadas por el calor y el siroco que presagiaba la propia muerte en la Venecia del artista. Aquel espacio de creación íntimo, fugaz y exclusivo donde a veces encontraba la palabra. Otras veces, la palabra estaba, pero faltaba el instrumento, el medium que le diera vida, el interpretador de emociones. La letra ha nacido muerta, darle vida es exponerla al sentido, darle significado, corromperla. 

Necesitaba salir de ese delirio que lo llevaba a pasarse las tardes mirando el toqueteo juguetón de los chiquillos sin poder encontrar una sola línea verdadera. Aquel ansiado equilibrio por el cual tanto se lo alababa, por su poder de síntesis y emoción, se había perdido frente a la pureza del deseo impuro de la vejez. Deseo de ser otro, sentir con la fuerza de los jóvenes y la conciencia de los años. La castidad es la fruta prohibida del pervertido y su esclavitud. 

Supuso que un antifaz carnavalesco lo pondría a la altura del juego infantil que se había dispuesto a concretar. Contrató un disfraz de la belleza para el rito que sabía próximo. Por escenografía, el estuario nauseabundo, un vestuario impoluto que se contraponía a las ratas que desfilaban en la puerta, su rostro de cartón pintado era la fantochada de la plenitud y su aspecto en general formaba parte del teatro de la vida a la cual se había entregado desde siempre. Una ficción intocable, paraíso del ser acomodado que no se deja tocar por la realidad. 

 Al borde de las olas cenagosas, respirando la pesadez del aire, se arrellanó en la reposera tijera, mientras la pintura burguesa se desteñía dentro del Lido y el barniz lozano que escondía sus miserias chorreaba. Las primeras y últimas líneas de la admirable tragedia pergeñada jamás se escribirían. Aparecieron bajo el sol del ocaso lastimoso y se diluyeron como la espuma barrosa, dejando veladuras de poesía. A contraluz, el David recortaba la muerte del día y daba marco a la muerte del artista.


sábado, 6 de enero de 2024

Cinefilia: Reseña poética. TODAS LAS MAÑANAS DEL MUNDO

 


En https://cinemundo.com.ar/tous-les-matins-du-monde-1991-alain-corneau/



Francia
TODAS LAS MAÑANAS DEL MUNDO (1991)
Alain Courneau

Escucha en las hojas la música del viento, 

el crujiente otoño y el niño riendo.

El pincel del artista acariciando el paño

el desgarro de las cuerdas entre tus dedos.

Escucha el agudo crepitar de los leños

y tu voz monótona, melodía meciendo.

La música del silencio de los tiempos

del bebé el frágil sueño pleno. 

El floreo saltimbanqui de tus dedos 

solo para lucir tu insignificante instrumento

haces gala del surco sobre tus yemas, 

el rozar de tu alma en vuelo.

La sintaxis de las notas no es la vida

como no lo es el ritmo de tus recuerdos.

No compongas más lamentos, ni sollozos,

líbranos de palabras, del dolor y miedo

Sé instrumento de la vida, suspiro… 

Deseo inmenso

lenguaje que no es humano, el amor como placebo 

hallar en la rima justa, armonías… 

hacer bailar a los muertos.

abrevadero… 

dadme música que alivie los golpes del martillo

sea suspiro y consuelo, 

la palabra del que no tiene

la tumba de los lamentos.



Cinefilia: Reseña poética. DESPUÉS DEL AMOR

En https://cinemundo.com.ar/after-love-2020-aleem-khan/

Francia
DESPUÉS DEL AMOR (2021)
Aleem Khan


Después del amor nació el dolor

el hachazo que partió la cabeza en dos

la sorpresa, sin proceso, sin adioses ni consejos

sin espacios para el duelo.

Después del amor horadó el recuerdo

en la foto el empaque del tiempo

un momento, un fugaz feliz encuentro

cuando aún éramos tres en el universo.

Después del amor sorprendió el descubrimiento

un mensaje amoroso con un tercero

un “te extraño” a otro lado, a otro cuerpo

unos besos amorosos que ya no tengo.

Después del amor irradió tu foto

en la billetera diaria, junto a la tarjeta de crédito.

tu carnet de embarque y otro documento

una mujer blanca que no recuerdo.

Despuès del amor flotó el perfume

tus camisas infladas de la memoria de tu cuerpo

una intrusa, el amor que no abandona.

Un hijo renacido, en la otra tan hermosa.

Dos orillas desmoronan, sobre el Canal de la Mancha

Después del amor mi humanidad sola

con la traición a flor de piel y otra piel que te aprisiona

un hijo que ya no está y otro que abandonas

una mujer y una casa al otro lado de la costa.



Después del amor, somos dos las que te lloran.

jueves, 5 de octubre de 2023

Cizalla del poeta obrero


                                                                       

Cizalla la razón asesina que distancia el niño de los hados extrañados

abre camino a la conciencia certera  de  la provisionalidad  

desmadeja un pronombre intrincado de espejismos y sospechas

literalmente, despeja, la muerte y la tristeza. 

Cizalla el encanto de las frases altisonantes, el silencio migrante

cierra oficios artesanos el poeta, Cao dice: claro decir. 

Decir, claro. No todo lo que puede hacerse tiene su correlato 

literatura de lúcidos soliloquios en cadena, en inútiles cadencias. 

Cizalla en desamparo el esfuerzo de los pobres a machetazos.

incita un café Almafuerte para acariciar el cardal de obreros, 

sobre la plancha del cielo metálico,  pensar el infinito   

de algo sirve haber vivido si puedo morir con  un  tango.

Cizalla incidental de la herencia resignada, de las manos manoseadas

de la lengua perversamente suelta que degusta el dolor, el amor y el trabajo 

y los oídos contagiados por el  secreto ladino, malditamente cerrados

a los  ojos de cataratas extendidas gastados por la ignorancia, cizalla.


sábado, 30 de septiembre de 2023

Filosofía de la miseria



 



Filosofía de la miseria

Denunciar las injusticias para no ser explotado;

¡La dignidad no tiene el valor que le pone el dueño!.

Creo en sueños de progreso.


Si el valor productivo del hombre lo crea el vital dinero 

engaño de liberales ¡que vulneran nuestros derechos!…

¡Empatizo con el obrero!


Lejos quedó el idílico paraíso natural, la libertad más plena

recolectar lo que la naturaleza desecha

Milito no negociar las ideas. 


Felicidad  la del hombre, tener trabajo “en blanco”

Regodeo social de domingos con asado, 

vejez plena, seguridad social y descanso.


Recibir una retribución monetaria es trabajo

Necesitamos de la compra-venta, del intercambio;

ya nos saquearon los productos diarios.


La historia parece un devenir de lucha 

de clases…¡sociedad de explotados!.

Solo importa producir más y mejor, a precio más bajo 


Plusvalía de mi cuerpo, beneficio al propietario

El poder no derrama lágrimas 

es un extraño en la pobreza paseando.


No regalo el pensamiento de mi capital humano

vendo el  esfuerzo de mi cuerpo, 

mi mente no es valor de cambio.


jueves, 28 de septiembre de 2023

Mi muñequita

 




¡Ay, qué linda está mi chiquita… parece una muñequita! Desde que había nacido escuchaba diariamente decir la misma frase, algunas veces aditivada con “¡es una princesa!”. Años de infancia coleccionando las Barbies que la traía su abuelita. La muñeca más cara y la que todas las nenas querían no faltaba en su habitación. La tenía en todas las versiones. La Barbie deportiva venía con todo el atuendo necesario para asistir al gimnasio. Tenía una mini botellita de agua, con su toalla correspondiente colgada al cuello, las mancuernas para ejercitar los bíceps, y el Ken haciendo juego. . Ahora, ya adolescente, pensaba que no había forma de que el masculino muchacho tuviera aquellos tubos sin ir al gym. Le encantaba y no estaba dispuesta a iniciar un noviazgo con un chico que no se cuidara.  El modelo fashionista venía provisto de un pequeño caniche con su porta perro, que resultaba ser una bolsa de una marca muy cara, en la cual el pequeño adefesio iba asomando la cabeza.  Por supuesto, la joven se presentaba con sus lentes oscuras y el típico pelo platinado con ondas. Aquella tarde More se calzó los patines color rosa chicle que le habían regalado para sus 15 y encaró hacia el paseo de la costanera. No era Ocean Drive, pero no tenía muchas opciones. 

Vivía en Avellaneda y era lo más cercano y parecido que tenía para sentirse aquella muñequita que había sido siempre. Apenas subió al colectivo, las miradas se posaron en la estridente adolescente que tras una cirugía de busto ya ostentaba, (para la salivación perversa de los viejos verdes) unos juguetones pechos 110 que miraban al horizonte. Se las había pedido a su papá. Acordáte de todas las veces que dijiste que venías a mi cumpleaños y me dejaste esperándote. Ahora, ¡sólo una cosa te pido y no me la vas a dar! Berrinchaba la joven intentando forzar la decisión del progenitor culposo, que nunca había sido un padre presente, ni ausente, nunca había sido un padre. Había puesto la guita que le pedía el cirujano de las famosas y se quería matar cuando su princesita apareció con dos terribles globos que se expandían sobre aquel cuerpo poco armonioso de su hija. Para sus adentros, pensaba el padre, ¡antes que agregarte gomas deberías bajar de peso! La piba no era lo esperable para el modelo esmirriadito de la muñequita que había admirado toda la infancia. Aquello la perturbaba y era una necesidad que vivía diariamente como un trauma. Se miraba al espejo a cada rato, metía la panza, chupaba los mofletes hacia adentro para ver cómo sería si no tuviera esa cara de galleta con la que había nacido. Su madre, que desde chiquita la había llevado al pediatra, fue recorriendo las otras especialidades médicas que pudieran atender una curva de crecimiento que no era saludable para la niña. Así pasó, del pediatra al nutricionista, de allí al endocrinólogo, finalmente el psicólogo, un día el psiquiatra. El derrotero de profesionales que indicaban distintos tratamientos para atender la obesidad no se agotaba. En un momento, llegó el cansancio. Muchos años de restricciones, de comer a escondidas, de fracasos. La balanza siempre iba sumando kilos, gramos, a un espíritu obsesionado con una estética macabra. A los seis años soñaba con que sus cortitas piernas regordetas se alargaran como las de su muñeca. 

Un Kevin se le acercó empatizando con su look Barbie y la invitó a frecuentar su grupo de amigos. Allí conoció un médico que según afirmaba todo el círculo hacía maravillas. Ya no vas a tener que preocuparte por esos kilitos, el Doc te saca toda la grasa de la panza y te la pone en la cola, le decía su reciente amigo. Fue así que al finalizar aquel año, tras largas discusiones con su familia tratando de hacerles entender que ella quería estar bien; que se sentía muy mal en ese cuerpo; que la ciencia y la medicina está para ayudar a la gente; logró juntar el dinero para hacerse la operación. More concurrió al médico de confianza, quien practicó la maravillosa técnica que lograba quedar como una "muñequita". 

Fue su anciano padre el encargado de los trámites de exhumación y el horror lo acompañó hasta el fin de sus días. No podía olvidar las bolsas plásticas que asomaban desde el cajón desecho y delineaban la figura de lo que había sido su princesita. 

jueves, 14 de septiembre de 2023

DECÁLOGO. Una lectura de Kieslowski

 



 


Todo es mensurable menos la muerte.


¿Qué es la muerte y que queda?
Queda el alma de la persona, lo que hiciste, cómo vives
queda en la memoria aquella infancia promisoria
saboreas la melancolía, frente al leño, solo y triste.
Ver la muerte transitando, matemático indolente
sospecha en lo exacto como de recordar lo que siente.
La soledad suspira frente a los niños
no da gracias de estar vivo por no llegar a haber sido.
Anonimia… dejar el mundo en silencio,
no te creo que nada quede…
Lo que hiciste, la persona, no tiene ningún sentido …
La botella a la intemperie, se ha cortado,
quebrado el hielo, que descanse,
cálculos matemáticos lo aseguran
para el inocente es demasiado temprano.
He programado la vida, he programado el amor,
pero ella no ha llamado, tampoco sé que ha soñado…
Puedo saber de mis días, pero no puedo saber
si conmigo sueñas o si vas a volver…
¿Qué sentido tiene la vida?
Vivimos para facilitar la vida de aquellos que nos suceden
¿qué se esconde en las palabras, qué dicen que no las entiendes?
Dicen lo que no puede decir la lengua, ninguna
la cultura, lo espiritual, dicen la muerte absurda.
Mancha la tinta esparcida, agujero en mitad del pecho
auguria lo indecible, derrama lo inesperado,
rompe el papel que frágil, inunda lo calculado
arrastra a la profundidad helada. Estoy listo.
Listo para irme. Todo es mensurable menos la muerte.

Invocar en vano



Esperar la muerte, que caiga, que se derrame
aunque desea verla, ella piensa en abortarlo
quitar la vida no deseada, el fruto del amor prohibido
esperar la de su marido, olvidar su amante
la propia vida quitarse.
el mal en la sangre y él que no para de llamarle
intenta llevar su música a otra parte
no hay mucho que contar
quedó un agujero donde estaba la casa,
un hoyo que crece en el pecho
cactus, calor, café, y el esposo desfallece
pero aún respira, se transpira, gota a gota
se desahucia, se desangra y se derrama
como el vaso. la metástais avanza
pero no abortes que el amor sobrevive
suena un requiem para los amantes
el ahogo de la muerte dice basta
y colgado como un insecto va sorbiendo brevemente
hace fuerza, logra asirse y ha vuelto de la muerte.
¿Qué es estar vivo? Puedo tocar la mesa, tendré un hijo.

Honrarás las fiestas


Mentir para no estar solo en Navidad, mentir hasta el límite
no hay nadie a quien buscar,
no es el hombre con la cara destrozada
no es el loco desnudo al que manguerean para que baile
no es quien ha dejado su auto a la intemperie
no es quien no habita aquella casa…
Es quien al cruzar las miradas
recuerda los momentos en la cama
recuerda las pasiones negadas
y sí, él miró y sostuvo la mirada
será una buena noche, será una noche buena
que recupere los momentos de amor, de caricias,
de cuidado, de sentirse acompañada.
Y la píldora se desliza entre los dedos
deberá comenzar a tomarla
no hay marido para separar los amantes
Sentir volverse loca, imaginarlos muertos
por un camión aplastados
Si me arruinas la vida soy capaz de hacerlo
de matarnos a ambos…
Hace tres años no fui yo
avisarle a tu marido de tu amante
sé que no fuiste tú
la vejez, la locura y la soledad desde adentro
ver el afuera de la normalidad inalcanzable
Elegir ser el padre y el esposo de familia.
La noche no ha sido buena, desde arriba nos vigilan,
la culpa no la castiga…
Eva lo persigue impúdica, con mentiras
y el deseo a él no lo intimida
sin amor, incomprendida
desde arriba nos vigilan….


Incestuosa


El mismo edificio donde se cuelan las pasiones
los mismos seres humanos tratando de ser humanos
el destino es quien observa los devenires:
Pasaporte a la suerte, abrir solo tras mi muerte.
Paternales jugueteos infantiles que aún subsisten
entre el ansia de crecer y fijar rumbo
se asoma el diablo impunemente
a espiar los jóvenes en su mundo.
“No pude ver claramente la partida de mi padre”
él tampoco puede ver su niña objetivamente
ya es mujer con miedo a salir del nido
perdida en un bosque por su padre ausente.
Una carta de la madre y entre las manos el destino
los juquetes, las fotos y la orfandad de la infancia
la intuición de sentirse traicionada
por un secreto, una mentira y el acoso.
Lo acorrala con casarse, entregar su cuerpo a otro
el amor carnal del padre, las caricias y reposos
los secretos compartidos quedarán para su esposo.
Imagina que no comparte la sangre
sino cómo explicar el deseo de estar juntos
tienen miedo, no se tocan, ¿si en realidad no es su padre?
¡Soy tu padre!, él lo afirma y cubre su piel desnuda.
¡Qué importa lo que la carta diga,
pon reparo a tu sensualidad de niña!…
Quererte como el primer día en que hizo contacto mis ojos
amarte como se ama, a quien uno dio la vida.

No matarás


“La ley no debe intentar imitar la naturaleza sino mejorarla”.
Libertad, castigo, venganza, crimen y daño
¿quién es la víctima, qué venga la ley?
a quién cuida y quién la hace?...
El mismo edificio, la misma sociedad,
desde adentro de un sucio taxi se ve turbia
como el té estancado de los malditos
como el crimen y el castigo del malnacido.
Un transeúnte con unos malandras se cruza
un callejón con el destino, para ver a través de sí mismo.
Desenfoque de la vida hecha trizas,
¿deberá enmendar los errores la justicia?
Juguete rabioso que no logra matarse a sí mismo
hará justicia con el lascivo, con el ingrato marido
con el que el sufrir del otro poco le importa,
con el que es cruel con los perritos.
¿Será suficiente ser cruel con los mayores, escupir el plato
asustar a las niñas, arrojar una piedra al destino,
golpear al marica, acabar con la vida del mísero?


La disuasión implica usar la sentencia
Te veo preparar el lazo, robar el cuchillo
si matas estás condenado, la ley está hecha
lo previenes y la justificación intelectual despliegas
Ninguna pena disuade el crimen, que el maldito se retuerza.
El lazo se ajusta indeciso, su mirada al infinito
no se muere y patalea. Desnudo el pie, ¡no me mires!
cubre su cabeza, al lago lo lleva, vive, aún respira
y ruega. El atardecer lo despide,
y la piedra aplasta su cabeza.
Demasiado tarde para prevenirlo,
los demonios, el miserable, el asesino
¿quién es la víctima?
¿El tachero despreciable o quién hace justicia?
Una vida nace, otra la despiden
“todos están en mi contra… es lo mismo, en lo que hice”
tengo casi 21, enterradme con mi padre, con mi hermanita
12 apenas tenía, otro sería de mí si ella aún vivía!
El verdugo, rápido lazo, un cigarrillo convida
el cura lo ha santiguado, el fiscal su pena leía
lucha con todas sus fuerzas, el piso cede a la orden
el médico comprueba la no vida…
Amanece un nuevo día para jugar al destino
¿quién digita el azar, quién el homicidio?
de los otros, de los míos …

Actos impuros


Te miro, te espío, te invado y disfruto, impedir tus amoríos
me acerco, eres mi desvelo, de las frías noches de invierno.
Me despierto para verte suspirar por el idiota que pretendes
Desamor, tus lágrimas y los fracasos amorosos eternamente.
Mi tristeza no tiene consuelo al verte angustiada en pleno desvelo.
Con tal que me veas seré tu lechero, seguiré esperándote como tu cartero.
Disfrutar tu sonrisa cómplice, inventar una historia solo para verte
confesar que te espío, que te observo y te temo; que no puedo ser grande
para mostrar lo que siento. Me habilitas y te llamo,
me dejas ser tu esclavo…de tus noches de lujuria
observando estoy preso.
No puedo ser tu héroe que defiende fantasías
no resisto oponente, mi amor puro no confronta,
solo quiere poseerte. Te quiero y la felicidad es plena
cuando un helado aceptas. El destino se cruza y advierte
el amor no existe, en realidad no importa que me acoses
que me observes, si puedes quererme…
Como se quieren los amantes apasionados
con solo rozarte he terminado
eso es todo lo que representa el amor, dices
puedes limpiarlo.
El destino se cruza para hacerle saber que está vivo
y se espían mutuamente, ya es tarde y nace el suicidio
y se duerme dulcemente. Por desamor las venas se ha cortado
de observarla ha dejado.