domingo, 20 de noviembre de 2016
Terruño
Autofoco
mi alegría que se arriesga según pase
los días de la vida, absorbida.
sábado, 5 de noviembre de 2016
La vida como oxímoron
Desde la
eternidad de los tiempos miro la desazón y el desencanto pegajoso del dulce
aguachento del vino rebajado, de tu luz apagada bajo el minipam quemado. Es mi
encanto nostálgico que no quiere hacerse fuerte ni acabar con la tristeza
porque no habría otro signo de aquella quien desprecia la vida por simple ocio.
Es la quietud del cuerpo que adormece el alma y lo lleva a los infiernos de las
aparentes alegrías infames, de la imagen de los dones inservibles. Pensar el
qué, el cómo el por qué para llegar a la nada y el tormento de la locuaz mudez
que me taladra obligándome a pensar en exageraciones contradictorias. La vida
como oxímoron y la hipérbole como filosofía.
Infame la
hipérbole reclamó su espacio: ni una sola mujer en la tierra podría explicar lo
qué es ser mujer. Ese encanto lleno de imperfecciones hace de ella sublime
ejemplo de la precariedad del hombre...
Los tres puntos
atormentan para intentar sostener lo aparente, esa profundidad de manual de
ortografía decimonónico que dejó las reglas en las postrimerías de la poesía.
Novalis se mi musa insospechada, desconocida y olvidada. La doble abstracción
es un vicio enajenante y narcótico. Lindo encuentro el de la soledad, la
juventud de la mediana edad y la belleza reunida en una noche de ironías. Aquel más amado se encuentra en un espacio
ridículo descentrado del deseo y aliado con la impotencia. Aquí estamos yo y yo
esperándome. En busca del tiempo perdido te dirán los amantes del afanoso
intelectualismo vejestorio. Aquí te digo yo. Aquí conmigo y sin ánimo de
sorprenderte, rotunda aliada del mal.
Anáfora inútil
de tu nombre reiteradamente obsesivo que me atormenta y me desangra.
miércoles, 5 de octubre de 2016
Cortés y el Emperador, el inicio de una saga.
Cortés: el inicio de una saga.
Cortés es un perro, sólo un perro que adquirió ese epíteto tras varias botellas de Merlot y el cierre de una tesis de graduación sobre la conquista española. Cortés Merlot Martínez honra con su porte impetuoso el símil con el que se lo asocia.
Y fuiste tan chiquito que alguna vez creí en tu inocencia. Te presentaste así, sin pedir permiso, imponente en esos treinta o cuarenta centímetros de vida. A los gritos, demostrando autoridad nos dijiste a todos que algún día crecerías para salir al mundo a hacerle frente y dejar atrás la casa paterna. Te creí, creí en tu inocencia y en tu desenvoltura, en tu pecho fuerte, haciendo frente al mundo y con la violencia necesaria de los Conquistadores. Tu llegada signó de renacimiento a la familia. Sabíamos que lo que ese día se unía por el amor no podría desunirse por las diferencias, ni las discusiones, ni siquiera por un par de gritos arrebatados, o un castigo mal dado.
Hoy con tu mayoría de edad todavía el mundo es un lugar incierto, todavía salís desbocado al encuentro de lo nuevo, todavía aullás en las noches de miedo a que toquen un ser querido y demostrás tu desencanto frente a la ausencia. Todavía esperamos tu adultez ansiosamente, recurriendo a las más variadas estrategias: te llevamos de la mano, te enseñamos a moverte, te alimentamos el alma y el cuerpo, te ponemos límites.
Creí en ese ser fuerte y respetuoso del nombre que se te imponía, el Conquistador...creo ahora que tu fuerza hará frente al embate de la vida y lograrás tu destino, hijo mío…
Una tarde de verano, en los profusos bosques de Ezeiza, su naturaleza salvaje y violenta se
desplegó.
Corrías desbocado esquivando astutamente las barreras que se presentaban a tu ansiosa necesidad de libertad. Las aguas estancadas no eran un impedimento para tu desborde, ansioso, buscando el límite para la osadía, no respetabas llamados ni advertencias. Sudoroso, tus ojos estallaban de felicidad y excitación.
Las fauces agitadas y babosas anticipaban la cruel respuesta. Fue tal la manifestación irreverente de aquella tarde que el entrenamiento se hizo indispensable.
Cortés, el Emperador
Has vuelto al paraíso que dejaste arrasado y melancólico te muestras frente a una naturaleza desconocida. Te exhibes, pero estratégicamente analizas el modo, el día, el tiempo en que tus fauces demoníacas venguen los espasmos de la autoridad ilusoria de tu dueña.
Cortés, Conquistador desacatado
Cortés, el Conquistador, mostró sus prácticas de empalamiento apenas se intentó domesticar su rebeldía reconcentrada. Así como el Rey había advertido a su homónimo (que no estaba autorizado a la conquista y aquél desoyendo las órdenes salió a la matanza de los dueños de la tierra), vos bestia desacatada mordés la mano de quien te da de comer pretendiendo
apropiarte de lo que no es tuyo. Perruno del demonio, elegido está tu destino
en tu nombre. ¡¡Cuidaos de las represalias de la Reina cuando decidas volver al
hogar!![1]
[1] HERNÁN
CORTES, Cartas de relación, Ed. Angel
Delgado Gómez, 1933. Disponible en https://books.google.com.ar/books/about/Cartas_de_relaci%C3%B3n.html?id=oc6umVJFQpYC&redir_esc=y
domingo, 18 de septiembre de 2016
Clarita
miércoles, 14 de septiembre de 2016
Luzbelita
martes, 13 de septiembre de 2016
Diario de la Profe
¡Tilinga, me dicen! (milonga)
ni siquiera entiendo cuál es la desazón
por quererme siempre por comprarme ropa
por pensar que todo es es día de hoy.
Aquellos que al mundo miran de reojo
yo encaro segura, con tarjeta en mano
disfruto el estreno del olor a venta
rebaja del shopping, oferta de verano.
Descubrir un día que mi fiel amiga
en parte a este trío ya pertenecía
a esta casta noble de desheredados
por negar el mundo de los marginados
por interesarnos en las promociones
por juntar talones de comida rápida
por la instantánea del Facebook y la selfie
a la política dicen:¡pasemos a un lado!
Compromiso absurdo mirar noticieros
para que repitan el eterno entuerto
de coimas y robos, de balas atroces
de mafias políticas, que piden apoyo.
Dejaremos todo en un vuelo a Buzios
pensaremos sólo en lo que nos pasa
habrá mucho tiempo para el futuro,
me lo dijo un sabio, íntimo diario
de las letras noble, Cosmopolitan necesario!.
Qué carajo importa pensar en serio!
cuando con mis veinte puedo tener el cielo
sin preocupaciones ni demanda alguna
el futuro incierto es una fortuna.
Descubrí el encanto de las mentes lábiles
soporté el escarnio conserva de adultos
compartí el placer efímero y débil
de noches con sueño, pérdidas de tiempos
de charlas fugaces y emociones frágiles
pero... quién me quita lo bailado!
domingo, 11 de septiembre de 2016
Mi Mariposita (tango)
Que por las tardes me das amor
En qué otras flores fuiste aleteando
En qué perfumes regaste Sol?
Son tus colores mi luz, mi Dios
Y en las noches solo, arrumbado
Humores tuyos me dan calor
Te vi rondando aquel cardón
Que solo néctar de sucio encanto
Tus veleidades desinhibió
que tus aromas darían voz
A este pobre poeta muerto
Mi néctar puro te humedeció
sigo buscando, en esas alas
Dejaste todo, dejaste el Sol
y aquel ocaso, cienes plateadas
Efímera vida guardó el sabor:
Besos profundos, aroma de amantes
lunes, 5 de septiembre de 2016
Alfonso y el nacimiento de la escritura. En "Disidencias" Concurso literario Municipalidad de La Matanza. 2019
El rey faze un libro non por quel él
escriva con sus manos mas porque compone las razones d'él e las emienda et
yegua e endereça e muestra la manera de cómo se deven fazer, e desí
escrívelas qui él manda. Peró dezimos por esta razón que el rey faze el
libro.
Alfonso X el Sabio, General estoria
I, f. 216r.
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Sentados prolijamente un día apareció la profesora de Literatura. Radiante de luz con su cabellera rubia y su sonrisa plena. El pelotudo de Alfonso no dejaba de hacer chistes racistas e intentando demostrar todo el tiempo su “conocimiento del mundo”, detallando uno a uno los aeropuertos internacionales. Casi era un juego demostrativo de opulencia y obscenidad gesticulante, donde cada profesor que entraba lo ponía a prueba en el afán de ver si lograban hacerlo errar (aunque ni ellos mismos supieran la respuesta). Un efecto milagroso del poder, ser hijo de la jefa de preceptores. ¡Lo que puede significar ser parte de las instituciones desde adentro, desde el lugar de aquellos que disponen ¡“qué está bien, qué está mal y cuáles son las reglas del juego”!. Unas reglas descocidas y desacatadas por ella, quien entraba al mundo del burgués más recalcitrante.
sábado, 3 de septiembre de 2016
Floreciente dejadez
??? o Entintada
Autora de la obra plástica: Martha Di Matteo.
Con tu ausencia dictaminaste quién soy, quién seré, quién podría ser. Lo que no quiero ser. Y volviste un día bajo la forma del amante, del que en su afán protector esgrimía los mismos argumentos histéricos de celos. El elixir del pensamiento, derramado sobre tus ojos te pierde en un sueño agazapado entre los cubos que giran y se desarman una noche de verano.Enloqueces de amor y ya no puedes hablar de soledad, pero ella persisten en desarmarse, persiste en confundirse en el líquido vehemente. Persistencia intolerable, aguda del sentir que se asoma al decir y disfraza las sensaciones, ampara el desencanto.
Hablar con uno mismo, en un mar de confusos pensamientos donde se iban mezclando ideas suicidas, hastío y aburrimiento mientras giraba el vino, el lavado diario y él, girando rabioso, vengativo delante.
Desencadenado el pensamiento del deseo buscó sola el desamparo de la piel, se resquebrajaron sus entrañas y el alma dibujó el encuentro con un infierno destinado.
jueves, 1 de septiembre de 2016
Cortés, el Conquistador desacatado
Cortés, el Conquistador, mostró sus prácticas de empalamiento apenas se intentó domesticar su rebeldía reconcentrada. Así como el Rey quien le había advertido que no estaba autorizado a la conquista y él desoyendo las órdenes salió a la matanza de los dueños de la tierra, vos bestia desacatada mordés la mano de quien te da de comer pretendiendo apropiarte de lo que no es tuyo. Perruno del demonio, elegido está tu destino en tu nombre. . Cuidáos de las represalias de la Reina cuando decidas volver al hogar!!!
domingo, 10 de abril de 2016
Escencial
Origanum de los tiempos remotos! fueron tus encantos afrodisíacos los hechizos de la Diosa y el bálsamo hipocrático del Olimpo.
Ocimum basilicum aleja el odio, la desgracia y la pobreza con la que te juzgaron en aquellas tierras para atraer los espíritus de luz del caribe guevarista!.
Rosmarinus officinalis regala tu esencia en los alcoholes y prosigue al Emperador asistiendo sus dolores!
domingo, 3 de abril de 2016
Anidado
destruída por las ramas soporté
en el centro de la vida vi mi alma destrozar
el encuentro de los sueños el origen vio volar.
Diste forma al siniestro con tus manos
modelaste este barro putrefacto
y del encuentro se mecieron candorosos
de la esencia renacieron esplendorosos
retoños frágiles que piaron al universo
ansias de gloria, destrucción de desencuentros
y nuestros polluelos clamaron por la vida
y fuimos libres en el primer vuelo.
domingo, 27 de marzo de 2016
Olivera renderizado
domingo, 6 de marzo de 2016
El Poeta en la luna
El Sol alunizó triunfal. Finalmente los astros se fundieron:
en la paz del Poeta sosegado de pasiones.
Telúrico encuentro de las cenizas entrañables del verso,
alucinada fusión de la palabra heredada y las visiones
perturbadoras, remembranzas de inocentes sueños.
¡Padre! cósmico origen, entraña y alimento! .
En la fatiga arrasadora del conquistador
dejadme que Aleksandr vengue con su memoria
el desencanto de los tiempos olvidados,
el destierro de visiones ancestrales.
Y nos encontraremos en las lunas imaginarias
en los suelos áridos que parieron tus sueños.
lunes, 18 de enero de 2016
Enroscada fulguración
Enroscada fulguración
Enrosca, desata y desenvuelve el triste ser ascendente.
Desnuda y haz brillar la luz de vida
oculta en mis espinas.
Anota, recuerda, instala el momento de
la prima
¡Veritas naciente,
ayúdame a renacer en la explosión de
los frutos fugaces
pero no dejes que la elocuencia de mis
brazos
absorban la hiel que la tierra castiga!
No dejes que perdido en el páramo de
los barrios clandestinos
la luz de mi vida ancestral olvide el
origen.
No dejes de velar por el misterio que
genera
la deshonra sobrecargada de despojo,
la exageración de miseria obscena,
el encanto del color abriéndose paso al
cenit.
Y cuando la lujuria de las urbes
digan basta a mi delirio
solo la sensibilidad de tu voz y tu
mirada
viernes, 15 de enero de 2016
Dejar el nido
Despertó sudada. Se bajó de la cama con destreza
mecánica, anticipando los malos movimientos que no debía realizar para no
continuar sufriendo los malditos dolores de espalda. Extrañas sensaciones que
punzaban por aflorar en la última porción, pinchando, intentando nacer a través
de la piel, luchando por sobrevivir a la cuota diaria de narcóticos que lo limitaban,
que lo mantenían a raya.
Se calzó las ojotas y a la
espera de la voz del amado preocupado por el despertar repentino, lo único que
presintió fue un susurro detrás de la puerta del baño. No eran las voces que a
lo lejos se escuchaba de la ciudad despierta, ni los gritos ahogados de
aquellas pobres infelices sojuzgadas por el maltrato o los llantos de los niños
sufrientes de necesidades insatisfechas y abandono. Era algo más profundo, casi
inaudible para cualquiera menos para ella que lo ansiaba con desidia y
desamparo. Era el contacto con las raíces, con la profunda necesidad de estar
en un continente de cuidado, de protección del alma y amparo del ser. Un
susurro que no decía nada comprensible, como un canturreo incordio, arbitrario y
apaciguador. Escucharlo no era para nada tranquilizante. Se detuvo un instante
para reflexionar sobre los sucesos acaecidos unos minutos previos, antes del
despertar, cuando sus fantasmas solían acecharla a las tres del mañana. Trató
de identificar si lo que escuchaba era parte del sueño o tenía alguna
vinculación con la triste realidad de despertar a diario exactamente a las tres
de la mañana para masajear su espalda dolorida y pensar que era posible vivir
sin sufrir. Y en esa hora mágica en que los más profundos monstruos infantiles
suelen nutrirnos de almas atormentadas es la confusión y el desencanto que
se hacen presente, recordando que todavía estamos vivos, que el pasado siempre
vuelve, que el recuerdo es olvidado y la angustia perpetrada.
Pasos cortos, cansancio y somnolencia. La tele aún prendida y su
cuerpo hecho un ovillo al otro lado de la cama le recordaba que vivía en otro.
Quería vivir para otro, un lema imposible de seguir atendiendo a aquél que
siempre estaba presente. Resonaba en su mente las míseras instrucciones del
decálogo paterno: “No confíes en nadie”; “No existen los amigos”. Una sarta
importante de prejuicios y menoscabos que cargaba en su espalda cual mochila de
vida, un monstruo execrable y malicioso.
Respiraba día a día a través de los ojos
llenos de amor, paciencia y tolerancia de su amado. Con el paso de los años
había logrado llenar esperanzada el hueco de desasosiego y oscuridad con el que
había aprendido a vivir. Se deslizó sin hacer ruido hacia la habitación
contigua a sabiendas de que en un par de horas el ritmo de la cotidianeidad tomaría
nuevamente su monotonía. Un pesado lingote de culpas hacía de su espalda la
demostración más acabada del deseo insatisfecho. Cargaba en ese quiste por salir la
podredumbre del recuerdo del padre, los dolores del otro, la vida sufrida:
dejar su casa a los catorce años para trabajar en el obraje, apilando bolsas de
maíz de cincuenta kilos que no pudo atajar y todo el peso de su corta edad cayó
sobre su espalda; lo dejó tendido de bruces sobre el piso; el peso del niño
desamparado de la vida, adulto a la fuerza… partido en dos, a partir de ese día
partido en dos.
Un dolor agudo laceraba su columna a pesar de los recaudos
tomados. El recuerdo hecho dolor en las entrañas. Era apenas una niña cuando se
le había impuesto la noble tarea de masajear intensamente la baja espalda del
padre. Se preguntaba por qué aquella tarea le había sido asignada sin derecho a
negarse y ese olor nauseabundo del aceite Esmeralda penetraba en la habitación
ahora a oscuras. Estática escuchó el silencio de la noche en una ciudad dormida
y respiró los vahos del baño mientras su cuerpo desechaba los residuos de una
noche de excesos.
No recordaba los sueños que la habían atormentado desde siempre.
Prefería olvidar para vivir, rememorar para ocultar, omitir los lazos que
inevitablemente la unían con un pasado renunciable. La niña que se escondía
tras una mujer independiente, gestora de grandes sueños ajenos, había logrado
trasmutar sus sentimientos en un manto de pareceres y posturas. Ser fuerte y no
doblegarse. Tenacidad irrenunciable cual un predestinamiento destinado a
revertir las adversidades pasadas. Profecía de un futuro en base a los
dictámenes del trabajo. La presencia del padre espontánea, aparecía y daba
señales violentas: su voz como un canturreo, de repente el terror de asociar su
imagen con el amado, sus reflejos plateados marcando la cien y esa línea oscura
sobre el labio. Su encanto y su furia desatada presente, actualizándose en el
amor, en el sosiego, en la paz que se alteraba en cuanto intentaba desanudar
los lazos del hechizo fantasmal.
Salió del baño, se vistió apresuradamente, haciendo el esfuerzo de
no despertar a su amor, pretendiendo no despertar la descarga de ausencias
invasivas, alejando con su indiferencia la imagen del ausente, luchando por
evitar que se colara en el lecho nupcial y contaminara la paz conyugal.
Pero como una
fiera desatada se despertó transpirado. En lucha por poseerla batallaba lleno
de una lujuria incestuosa que se respiraba en el ambiente, perdido por la fiebre
del amor insatisfecho que se prolonga en días de recelo, reproches y
desencantos. No lo pudo evitar y en la entrega aquél apareció, distante y tras
reflejos perturbadores. Flashes incandescentes y su figura recortada sobre la
oscuridad del cuarto hacían retumbar las palabras: “no serás feliz”, “libera tu
culpa” “no busques aquello que no sabes dónde estará”, “permítete” … y el tono
apelativo, dictatorial, sin posibilidad de pensar anuló la escapatoria. El ser
cancelado en la orden del ser. ¿Ser quién? ¿Dónde la existencia podría ser una
entidad descriptible si el origen no fue fundado? Despojada de sus ropas, se
entregó reticente, con desconfianza y desapego. Invadida de sensaciones
perturbadoras vio alrededor de la cama, observándola y esperando la
confirmación de su presencia, cada uno de los rostros que exigían una
respuesta complaciente: una hija fiel y atenta, una madre cariñosa y paciente,
una maestra tolerante e innovadora, y ¿ella?. Rebelde se desprendió de sus
disfraces, pegó un portazo, lo empujó y lo sacó violentamente de entre sus
piernas para perderse insensible en un vacío carente de anhelos, vacío del
deseo, ausente del placer.
La puerta del
balcón la invitaba a asomarse, las voces instigaban al abandono, perderse en
ese vacío y desplegar esas pequeñas alitas que lastimaban su baja espalda
intentando abrirse paso a través de la carne. Si no hubiera sido por ese afán
atroz de superarse aún nos acompañaría, dijeron.