Pensamientos tóxicos que aturden inmoralmente. Al despertar sentir la violación, el ultraje promiscuo del incesto. La soledad, la falta de raíces, el enojo. El enojo que me acompaña todos los días. El enojo que no me deja disfrutar de la vida, que me hace sentir miserable, un ser que no merece ser parte del mundo porque no se entrega: no entrega amor ni consideración por el otro, no entrega compasión, no puede sentir lo ajeno porque no siente lo propio. Se revuelca en su hiel sin tener el coraje de salir a castigar los malos pensamientos. Se enrosca en el conflicto porque es la única manera de sentirse vivo.
Sala de espera del dentista. Revista Psicología y el descubrimiento de que nos nutre: el amor o el caos, la necesidad de sentirse protegido, abandonado, sufrido, etc. Es la situación donde nos sentimos cómodos, aquello que aprendimos como seguro.
Todos los días el esfuerzo de salir al mundo sin ganas, forzando la necesidad de vivir, atada a la sonrisa de mi amor que es lo único cierto. Aprendiendo a ser un poco más humana. ¿Qué mierda aprendí en 40 años?Creyendo todo este tiempo que la lectura me haría más sabía, que sería mejor persona leyendo historias ajenas de las cuales rastrear lo valioso de la vida. Descubrir, pasada unas décadas que no se puede entender aquello que no se siente. Descubrir que la vida transcurrió sin demasiados ademanes, que ni siquiera pude advertir lo que pasaba o recordar lo que pasó. Que nunca pensé como sería y no puedo ver el cómo fue. Que lo único que me queda en el día a día es despertar para seguir luchando el levantarse a diario y como si fuera un momento de castigo. Y cuando decido no levantarme el castigo se transforma en autoflagelación, y cuando voy quiero venir y cuando llego preferiría el nunca haber salido. La indecisión absoluta, la pérdida de la palabra que no me deja soltar los dedos en el teclado y doy vueltas, alrededor de la lapicera o mido mis palabras porque no se quien está del otro lado. ¡Cómo si a alguien le importara!. Escribir desde los diez años estas líneas malditas para no importarme ni a mi misma, sino para sentir esa voz interior castigando la conciencia y ordenando los pensamientos. Sentimiento de tristeza que se apodera a diario, con más fuerza en algún momento del mes en particular...Mirada médica:"¿te esta por venir?"
Mirada superadora: "vos que tenes más inteligencia social, en las relaciones vinculares". Pasada de brillo para la necesidad propia, reconocimiento de la carencia tal vez ficcional. Construcción de una identidad: los amigos no existen, todos se quieren aprovechar de ti,¡ PURA MIERDA!. Mierda pura en forma de discurso que aleja los ideales, los sentimientos y la capacidad de sentir. Más vale no seguir indagando. En la radio: "¿què tenes de tus viejos?. Mierda pura.. Y la lucha diaria por ser un otro que no llega, que no sabe ser de otro modo, el buenito, el amoroso, la madre abnegada. Sí la buena amante, porque eso fue bien aprendido en sesiones de sillón frente a la tele.¡ Una mierda!.
LLorar un rato para luego levantarse a vivir. Llorar para dejar salir la mierda que se acumula. Vamos a la recuperación del ser.
Como mala persona soy un completo desastre. Hay montones de gente que afirman que no he hecho nada malo en toda mi vida... (Wilde)
